EL PREMIO NOBEL DE MEDICINA HACE 100 AÑOS. JULES BORDET

A partir de 2001, escribí anualmente en la revista Acta Medica del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife unos artículos sencillos dedicados a glosar al laureado cien años antes con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología (en plural, en 1906 y 1908). En 2015, la serie se interrumpió porque cien años antes no se entregó el Premio dada la desgracia de la Primera Guerra Mundial. Los tres siguientes tres años tampoco se adjudicó el Premio, pero en 1919 si hubo un galardonado. Con Jules Bordet retomamos la serie interrumpida.

Jules Bordet nació en Soignies capital de distrito de la provincia de Hainaut (Bélgica), el 13 de junio de 1870. Estudió en el Ateneo Real de Bruselas y se graduó en medicina en 1892 a los veintidós años. En 1894 se trasladó a París para trabajar en el Instituto Pasteur gracias a una beca del gobierno belga. Allí fue discípulo de Élie Metchnikov (1845-1916) con el que se adentró en el novísimo campo de la inmunología. En 1901 regresó a Bélgica para fundar y dirigir el Instituto Pasteur de Bruselas. Además, fue catedrático de bacteriología de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Bruselas(1).

Desde los estudios de Pasteur, Behring (Premio Nobel de 1901) y Pfeiffer, se había avanzado en el campo de la inmunología mas allá del simple conocimiento que se había adquirido durante siglos de la inmunidad natural, es decir, de la constatación de que si se superaba una enfermedad se adquiría una gran resistencia para padecerla de nuevo.

Bordet comprobó que la inmunidad creada por una enfermedad o por una vacuna se debe a la acción de dos factores, uno existente en el suero sanguíneo del hombre y los animales normales, y el otro, propio de la afección considerada, es decir, que la acción inmunológica se da por conjunción de un anticuerpo formado en el ser inmunizado que está presente en su suero y de una sustancia preexistente en el ser a inmunizar, a la que denominó “alexina”, caracterizada por su termolabilidad e inespecificidad. Más tarde se le impondría el nombre de complemento, propuesto por Paul Ehrlich (1854-1915). Este último obtuvo el Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1908 junto con Élie Metchnikoff. En 1895, Bordet colaboró con Richard Pfeiffer (1858-1945) que había descrito que el suero inmune contra la bacteria del cólera no podía matar a las bacterias en un tubo de ensayo pero si cuando se introducía en el peritoneo de cobayos(2). Bordet mostró que el suero de un animal inmune podía matar a las bacterias, incluso en un tubo de ensayo, siempre que estuviera fresco y no inactivado por calor. En un experimento, mostró que agregando a los tubos de ensayo una pequeña cantidad de suero fresco de un animal no inmune junto a sueros calentados provenientes de animales inmunizados, se restauraba la capacidad de estos últimos para destruir las bacterias. Es decir, el suero para producir la lisis de las bacterias, además de anticuerpos (componente termoestable que requiere una inmunización previa), aportaba un componente lítico que era termolábil y era independiente de la inmunización.

Bordet, también, demostró que la acción hemolítica de un suero inmune sobre los glóbulos rojos extraños es similar a la que se produce en el cuerpo contra las bacterias. Así, el suero de cobayas inmunizados con glóbulos rojos de conejo generaba un suero capaz de lisar in vitro glóbulos rojos de conejo (hemolisis específica). De tal modo, desarrolló una prueba simple que utiliza hemólisis de glóbulos rojos de mamíferos para mostrar que la actividad lítica de un suero contra las células diana requiere simultáneamente de la presencia de anticuerpos específicos y complemento (3,4).

La acción simultanea del complemento y los anticuerpos indujeron a Bordet a pensar en la posibilidad de utilizar una reacción de lisis para buscar la presencia de anticuerpos en un suero. De este modo, mediante la adición de bacterias al suero de un paciente se podía evidenciar la presencia de anticuerpos en el paciente. Esta prueba de fijación del complemento se convirtió en la base de algunos ensayos serológicos utilizados para el diagnostico de infecciones cuyo agente causal era difícil de cultivar. Tal fue el caso de la reacción desarrollada, a partir de sus experiencias, por August von Wassermann (1866-1925) para la detección de la sífilis. En 1906, junto a Octave Gengou (1875-1957) aisló la Bordetella pertussis en cultivo puro y confirmó que era la causa de la tosferina(5).

Un año después de finalizar la primera guerra mundial, mientras estaba en Estados Unidos intentado recaudar fondos para la reconstrucción de la Universidad de Bruselas, supo que había sido galardonado con el Premio Nobel de de Medicina o Fisiología de 1919.

Después de la Primera Guerra Mundial descubrió cómo se forma la trombina(6), cómo participan las plaquetas en la coagulación, la lisozima en la leche humana y gran parte de la biología de los bacteriófagos(7). Publicó, asimismo, sobre los aspectos que se conocían de la anafilaxia(8).

Además de ser una autoridad mundial reconocida en muchas ramas de la bacteriología, Bordet fue considerado un gran exponente y trabajador en inmunología. Fue autor del Traité de l´Imunité dans les maladies infectieuses (la segunda edición apareció en 1939) y de un gran número de publicaciones médicas. Presidió en 1930, en París, el primer Congreso Internacional de Microbiología. En 1933, después de las muertes casi simultáneas de Roux y Calmette, Bordet fue nominado como Presidente del Consejo Científico del Instituto Pasteur de París. Allí cada año impartió conferencias sobre inmunología, desarrollando los nuevos descubrimientos sobre el tema. Asimismo, fue el primer presidente del Consejo de Higiene de Bélgica y miembro de la Academia de Medicina del mismo país. Recibió el nombramiento doctor honoris causa de las universidades de Cambridge, Paris, Estrasburgo, Toulouse, Edimburgo, Nancy, Quebec, Caen, Montpellier, El Cairo y Atenas. También, fue miembro de la Royal Society of Edinburgh, de la Académie de Medecine de Paris, de la Real Academia Belga, de la Royal Society (Londres) y de la National Academy of Sciences (USA). Además, recibió diversos premios y condecoraciones a lo largo de su vida como la Gran Cruz de la Legión de honor en 1938(9).

Vivió las dos guerras mundiales mostrando su perfil pacifista. En 1924, se unió a la Liga de Naciones para evitar la utilización de gases venenosos en la guerra. Además, Bordet trabajó fervientemente para limitar las armas de destrucción masiva y promover la paz hasta su muerte(7).

En 1940, a la edad de 70 años, renunció a la dirección del Instituto Pasteur de Bruselas pero, a pesar de las dificultades de la ocupación nazi de Bélgica, continuó trabajando con su hijo, quien lo sucedió como Director del Instituto(10). Desafortunadamente, comenzó a tener problemas de la visión, poniendo fin a su trabajo en el laboratorio. En 1950, los Institutos Pasteur de París y de Bruselas y la Universidad Libre, organizaron un homenaje en presencia de la reina Isabel de Bélgica. En nombre de los científicos extranjeros habló Alexander Fleming, en nombre del Instituto de París, Louis Pasteur Vallery-Radot y en nombre de la Academia de ciencias, Gaston Ramon(9).

En 1899, Bordet contrajo matrimonio con Marthe Levoz. Tuvieron dos hijas y un hijo, Paul, que sucedió a su padre como Jefe del Instituto Pasteur de Bruselas y, también, como profesor de Bacteriología. Jules Bordet murió en Bruselas el 6 de abril de 1961, a los 91 años de edad.

En 1945 publicó una pequeña obra titulada Brèves considérations sur le mode de gouvernement, la liberté et l´éducation morale. En los fragmentos que reproducimos puede observarse la alta concepción que Bordet tenía de la ciencia. “Es indispensable que se llegue a un acuerdo sobre los preceptos básicos de una ética universal que debería ser aceptable por parte de todos los hombres de buena voluntad, cualquiera que sean sus convicciones filosóficas o religiosas. Uno piensa en este contexto de la ciencia, porque es universal”… “Lo que ha dado nacimiento a la ciencia y la sustenta en
su tarea eterna es un idealismo puro, este deseo ardiente y desinteresado de conocer, el privilegio infinitamente precioso que la naturaleza humana posee, y que explica y justifica la primacía de nuestra especie. Pero esto, se integra con la ciencia que establece el ejemplo y es su testigo viviente. La ciencia puede abarcar en su religión de verdad todas las aspiraciones”(10).

Bibliografía
1.Anónimo.JulesBordetbiographical.En: https://www.nobelprize.org/prizes/medicine/1919/bordet/biographical/

2. Ernst G, Eliabeth V, Ursino R, Young P. Jules Bordet (1870-1961): el padre del
complemento. Fronteras en Medicina 2017; 12:113-116
3. Bordet J. Agglutination et dissolution des globules rouges par le sérum. Ann Inst
Pasteur 1899; 13:273-297
4. Bordet J. Les sérums hémolytiques, leurs antitoxines et les théories des sérums
cytolytiques. Ann Inst Pasteur 1900;14:257-296
5. Bordet J, Gengou O. Le microbe de la coqueluche. Ann Inst Pasteur 1906; 20:7341-741
6. Bordet J. Considérations sur les théories de la coagulation du sang. Ann Inst Pasteur 1920; 34:561
7. Schmalstieg FC Jr, Goldman AS. Jules Bordet (1870-1961): a bridge between early and modern immunology. J Med Biogr 2009; 17:217-224
8. Bordet J. Les théories actuelles de l’anaphylaxie. CR Acad Sci Paris 1924;179:243
9. Fresquet JL. Jules Bordet (1870-1961). En: https://www.historiadelamedicina.
org/bordet.html
10. Beumer J. Jules Bordet 1870-1961. J Gen Microbiol 1962; 29: 1-13